Mecanizar todos aquellos procesos que nos permiten un ahorro importante de mano de obra y racionalizar el uso de sistemas y químicos.
Organizar todas las áreas para ganar tiempo y mejorar procesos.
Formar específicamente.
Supervisar para que las mejoras queden implantadas en la organización.
Nuestra experiencia nos permite coordinar el tipo de químicos y consumibles idóneos, basándonos en la eficacia y por tanto rapidez y resultado de calidad. Para ello nos basamos siempre en el círculo de Sinner. Para ello, es fundamental realizar previamente un análisis del agua.
Si lo que prima es la eficacia para reducir tiempos, lógicamente lo más rentable será plantear químicos de la más alta calidad con los principios activos lo más puros posible.
Vamos a ahorrar en control del químico mediante centros de coste, y en la dosificación automática en lugar de manual, siempre que sea posible. En la dosificación manual por parte del operario suele primar la cultura de que cuanto más químico más eficacia (hasta un 50% más); pero el exceso de detergencia lo único que crea es residuo.
Hay que conseguir un control en el uso y dosificación de químicos mediante los aparatos más avanzados y que son fáciles de usar.